lunes, 29 de noviembre de 2010

Leslie Nielsen

La intención de la entrada de hoy era hacer un análisis concienzudo y crítico de las elecciones al Parlament de Catalunya. Iba a empezar con una cita de Chesterton, un sesudo análisis sobre la obra política de Séneca y su comparación con el llamado "oasis catalán", una mordaz crítica a ese discurso de "yo no me he equivocado, sino que el pueblo es tonto que no me ha entendido" que utilizan algunos políticos, un análisis crítico e irónico sobre el aumento de votos de la derecha y una profunda reflexión sobre la abstención que ya me estaba haciendo ganar el Premio Pulitzer sin haberme presentado ni ná. Pero esta mañana revisando mis blogs habituales y de lectura obligada me he encontrado con una noticia que empaña las elecciones catalanas, los concursos de Miss Camiseta Mojada Descamisada y la aparición de un quinto pezón con el perfil de Bing Crosby que me ha salido en la espalda.

Leslie Nielsen ha muerto.


Y como siempre pasa cuando muere un comediante, el mundo es un poco menos mundo. Da igual si te hacia más o menos gracia, lo importante es que era una persona que decidió en un momento de su vida consagrarse a hacer reír a los demás. A mí personalmente, a veces lo consiguió, otras no. Naturalmente, me quedo con los momentos de la risa: la trilogía de Agarralo como puedas (Naked Gun Trilogy) y, sobre todo, su aparición estelar y magistral en esa rotunda e incuestionable obra maestra que es Aterriza como puedas, una de las películas más divertidas de toda la historia junto con Sopa de ganso, Zoolander y Con faldas y a lo loco (entre otras, claro).


Pero no hay que olvidar que Leslie Nielsen no solo era un buen comediante, sino que además participó en los inicios de su carrera en una de las películas fundamentales de la ciencia ficción de aquella gloriosa década que fueron los cincuenta, Planeta Prohibido (Forbidden Planet, Fred M. Wilcox, 1956), una deliciosa obra maestra de robots y viajes y ciencia y una de las mejores adaptaciones que se han hecho a la gran pantalla del universo de Shakespeare. Planeta prohibido no deja de ser la mejor adaptación que se ha hecho de La tempestad superando de largo el coñazo aquel que hizo Peter Grennaway en 1991.


Aunque es normal que no se recuerde la participación de Leslie Nielsen en esta película porque su papel queda ensombrecido por dos elementos ya míticos para cualquier aficionado a la ciencia ficción americana de los cincuenta: Robbie el robot y las infinitamente cortas faldas (y, por ende, las omnipresentes piernas) que llevaba Ann Francis.


Paro hoy lo que toca es un sencillo homenaje al capitán de aquella expedición espacial y no mis obsesiones por los robots y las piernas. Así que para honrar a un comediante, nada mejor que darse un baño de youtube y reírse un buen rato a la espera del fin de semana y la visita a un aeropuerto.


- Hay que llevar a esa mujer a un hospital.
- ¿Un hospital? ¿Qué es doctor?
- Un edificio lleno de enfermos y, a veces, no hay camas. 

Seguramente una de las mejores frases de Aterriza como puedas.

domingo, 28 de noviembre de 2010

sábado, 27 de noviembre de 2010

Fotógrafos - Juan Rulfo

Juan Rulfo, Apulco 1917 - Ciudad de México 1986
Fotógrafo, guionista y escritor. Autor de Pedro Páramo, una de las mejores y más importantes novelas de la historia de la litertura y del arte en general. Una sola de sus páginas da sentido al ser humano.








viernes, 26 de noviembre de 2010

Luis García Berlanga

Al no leer periódicos, ni tener tele, ni escuchar la radio me pierdo muchas de las cosas que suceden por el mundo (entre ellas las elecciones cosa que agradezco no poco porque las mínimas noticias que me llegan es para ponerme los pelos por escarpias y ratificar esa opción desangelada, esceptica y crítica que tengo por la política), pero también tiene la contrapartida de llegar tarde a según que noticias. Entre ellas que hace algo más de una semana murió Luis García Berlanga. Y me jode que el que para mí es el mejor director de cine español y uno de los mejores directores de cine del mundo mundial se haya ido. Y más cuando puedo decir y digo que tuve el inmenso placer de chocarme en plena rambla de Barcelona con el maestro. Sí, sí, como oís.

Hace mucho años iba con mi amiga Montse ha tomarnos unos goffres en vez de tomar apuntes de alguna asignatura a un local que estaba en la Rambla. Al tomar la esquina de la calle Tallers e imbuido en mi propia y fascinante conversación, no me fijé y me di de cuerpo con otro cuerpo que tomaba a su vez la esquina de la calle Tallers, pero en dirección contraria. Joder, pensé. Hostas, pensá también. ¿Quién coño? Y alcé la mirada y lo vi. Con una gorra a cuadros y una gabardina. Me miró, pidió disculpas y siguió su camino. Me quedé sin habla. Montse me miró extrañada por mi subito silencio.

- ¿Y a ti que coño te pasa ahora?
- Era Berlanga.
- ¿Y?
- Ha sido como si dios se chocara conmigo.
- Anda, tira.

Y aquí se acaba la historia. Sé que como anécdota a lo mejor no es muy buena, pero es una de esas cosas que se recuerdan.


jueves, 25 de noviembre de 2010

En crisis...

... de lecturas.

Seis novelas empezadas estos últimos cuatro días. Seis novelas de esas que al abrir las cajas de novedades decías, jo qué ganas y cómo las he esperado, y que tras algo menos de cien páginas piensas... jo, tanto esperar para esta inmensa mierda.

Dos novelas de aventuras que no llegan a ninguna parte.

Una de romance juvenil cuya autora dice que la protagonista es independiente y fuerte y al leerla te encuentras con una dependiente y frágil muchacha a la espera de que el prota la digne con sus esputos; todo acompañado de una prosa grandilocuente, pesada, sin un ápice de sentido del humor y excesivamente adjetivada.

Una de fantasía donde todo era interesante menos el cómo la autora explicaba la historia. Si prefiero ver vídeos de chinos cayéndose por escaleras a leer un par de páginas, es que algo pasa con esta novela.

Una historia elogiada por la crítica y publicada por una editorial de prestigio y por un tipo que por la foto de portada debe de saber pensar que ha escrito la misma mierda que escribía yo con catorce años. Una inmensa paja mental de treinta páginas sobre lo que implica una frase y hasta aquí hemos llegado que quedan cuatrocientas para que se acabe. Luego descubro que la misma prestigiosa revista que se deshace en húmedos y ronroneantes elogios es la misma prestigiosa revista donde trabaja el escritor. ¿Debería sorprenderme? En el fondo esta historia de encuentros, desencuentros y demasiadas páginas es una versión intelectualizada de aquellas chorradas que se discutían en Dawson Crece durante catorce capítulos sobre si debería besarla o no (que por cierto, para mí Dawson Crece es la historia de terror adolescente definitiva... anda que no lo pasé mal con algunos capítulos vistos de refilón de esta pesadilla. ¿Por qué hasta los calzoncillos que ponerse es mañana era tan importante).

Una novela negra donde se produce lo peor que puede pasar en una historia de estas características: que lo que ocurre en ella importe tres mierdas. Que han matado a éste, me la pela. Que han descubierto a aquel, me la pela. Que han descuartizado a ese otro, me la pela. Otra novela igual que las otras novelas que vienen del frío que he leído en los últimos tiempos. Un muerto, una investigación y se destapan un montón de secretos del pequeño pueblo que en apariencia era tan tranquilo e idílico. Realmente, la sueca debe ser una sociedad formada por incontrolables chafarderos. Los detectives dedican más tiempo a investigar quien se acostó con quien y quien es el hijo de quien que ha descubrir quien mató al pobre desgraciado.

Y ya está. En dique seco. Sin libro y sin lectura. Pupulando por las estanterías de casa. Con la angustia que crece. Creo que me daré a los clásicos. O al ensayo. O al reto. Creo que esta negativa a leer libros que hace tres semanas me hubiera tragado sin pestañear es una negativa de mi cerebro a consumir más productos que solo están bien. Mi cerebro tiene hambre de más. Quiere retos, esfuerzo y trabajo. Se queja de que durante demasiado tiempo ha tenido productos medianos. Parece que esta llegando el momento de conectarme a algo parecido a "alta literatura" o a productos más arriesgados. Creo que lo necesito. Mi cerebro ha estado demasiaod tiempo adormilado y hay que sacudirlo un poco.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Lo que A. me ha regalado por mi cumpleaños


¿A qué es genial? Se llama Sigilo, es más buena conmigo y mis aliados y más mala con mis archienemigos. Y A. es más maja y más guapa y sabe qué regalar y esos regalos son juguetes.

Niño Lobo me ha prometido que próximamente se traerá su castillo y entonces podremos organizar épicas batallas.... Hemos prometido que cuando acabemos, lo recogeremos todo. Si alguien se apunta, que se traiga sus juguetes. Habrá pan con nocilla, ganchitos y fanta.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Portadas nada míticas


La verdad es que cuesta elegir una sola cosa... el lápiz de ojos violeta de él (u ojo morado) el calzoncillo de leopardo, el pecho lobo, los músculos definidos y loz brazos infinitos, la injusta victoria de los Apaches, los morritos de ella, su pésimo maquillaje y su aún peor bronceado, la vena del cuello a punto de estallar, la extraña iluminación de la habitación que hace que ella esté casi toda en penumbras menos sus enormes y poco naturales pechos, los emoborramientos de blanco del periódico formando un extraño nombre... Esta joya me recuerda a una versión hortera de La gata sobre el tejado de zinc caliente. ¿Qué no? Pues mira a ver qué te parece...

sábado, 20 de noviembre de 2010

Matices de gris por el mundo

"Y en aquella luz gris había todo tipo de matices. Casi como en el mundo exterior, donde la luz podía ser invernal, triste en febrero, gris en octubre, saturada de lluvia, radiante y otros mil colores de la paleta. Allí dentro, su paleta se componía de blanco y negro, y ella los mezclaba según le dictaba su humor. Mientras aquella luz gris fuera su lienzo, no estaría a mercer de sus captores."

Jussi Adler-Olsen, Departamento Q. La mujer que arañaba las paredes, ed. Maeva, 2010

viernes, 19 de noviembre de 2010

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Noviembre, un buen mes lleno de novedades literarias

Noviembre es uno de esos meses de los que la gran mayoría se pregunta qué pinta en el calendario. Pues dos acontecimientos muy importantes: es mi cumpleaños y las librerías se llenan de las novedades más interesantes, desaseadas, económicas e imprescindibles.

Yo paso, Richard Schuiten, ed. Melusina sic, 2010

Ante la eterna pregunta hamletiana de "ser o no ser" y que durante siglos los más ilustres prohombres y las más ilustres promujeres han discutido, agredido, peleado, mordido, atentado, pateado, gritado, insultado, gafazo, machacado, asesinado, comido, decapitado, polemizado y contratacado por resolver, Richard Schuiten propone una tercera opción. Ante el ser o no ser, responder yo paso. Y quedarse tan anchos. Ante la elección que presenta Dumblendore a Harry Potter en la cuarta entrega de sus aventuras, en que llega un momento en que hay que elegir entre lo que es correcto y lo que es fácil, decir con orgullo y la cabeza alta, yo paso de follones y me voy para casa que esta escuela es muy estresante. Ante la eterna disyuntiva de ir de vacaciones a la playa o a la montaña, encogerse de hombros y decir, yo paso me quedo en casa.

Yo paso es el libro que todos aquellos que no tienen pintas ni ganas de ser héroes estaban esperando. Por fin un libro que expone esa línea de pensamiento tan vieja como el ser humano y que ha acompañado a los grandes movimientos sociales. Los indiferentes que prefirieron quedarse en casa tomando un vaso de vino a tomar la Bastilla. A los que se les tendió una espada y la oportunidad de eternizarse defendiendo Constantinopla y dijeron paso, paso que me estreso. Un libro para todos aquellos que piensas que un gran poder no conlleva una gran responsabilidad, sino una carga pesada a la que hay que ignorar. Un manifiesto para todos aquellos que pudieron hacer historia y prefirieron meterse el dedo en la nariz y decir yo paso.

La heroicidad está sobrevalorada. ¿Cuánto y cómo viven los héroes? Poco y mal. ¿De qué le sirvió a Aquiles ser un héroe? De nada. Le levantan la novia, le matan al amigo y luego lo matan a él. ¡Qué héroe! En cambio, los indiferentes, los que pasan de las responsabilidades, los que en su vocabulario están inscritas en letras de oro las frases "a mi no me mires", "no cuentes conmigo" y "pídeselo a otro" viven para siempre. ¿Qué no les hacen poemas épicas? ¿Y qué? Total, cuando el mundo pete Aquiles se quedará sin el suyo.

La verdadera historia de Igualada. Una reescritura, reinterpretación, reinvención y redefinición de la historia de la ciudad desde una perspectiva chovinista, interesada y exagerada, Jorge Jiménez del Moral y Jordi Vivancos Junyet, ed. Engorroso's editores, 2010

 La obra de reescritura de la historia definitiva por fin en una librería de Igualada, en puestos en la calle y en venta por correo contrarrembolso. Jorge Jiménez y Jordi Vivancos llevan hasta sus últimas consecuencias la moda actual de reescribir la historia que están llevando políticos, periodistas, historiadores, intelectuales y gente de la calle. Ahora a los ya sabidos y conocidos adagios de "la guerra civil empezó en el 34", "el idioma español nunca se impuso en el mundo por medio de la violencia", "la influencia árabe en la historia de España es mínima y sin importancia" y "en Irak había armas de destrucción masiva" se añadirán algunos uevos hechos históricos que lo cambiarán y confundirán todo, un poco más. Este imprescindible, inteligente y entretenido libro revela hechos tan importantes como que:

Igualada la fundó Ramses II y cuando la vio fundada dijo la famosa frase de "Ni el Cairo ni Alejandría ni pollas en vinagre, la joya del Nilo es el Passeig Verdaguer.
Napoleón Bonaparte se coronó emperador en la catedral de Santa María, pero digo que era París por cosas de la política.
El área 54 en verdad es Cal Marcelino.
Jesucristo era igualadino, no murió en la cruz y se retiró a Igualada con cuarenta para abrir una tienda de ultramarinos.
Igualada siempre ha sido una ciudad estado, pero se nos niega el reconocimiento oficial desde Cataluña y Espanya.
Wagner compuso lo único bueno de su obra en Igualada. Lástima que se haya perdido la partitura.
Cleopatra, Confucio, Mozart, Marilyn Monroe, Miguel Ángel y todos los imporante nacieron en Igualada. Los malos de la historia nacieron en Manresa o en Barcelona. Que se los repartan.

¿Fascinante, verdad? Un ejercicio maestro de reescritura histórica tan divertida, tan llena de sexo, de violencia, de mujeres desnudas, de hombres desnudos, de efectos especiales, de tartas en la cara, de pelas de platano, de sexo, de persecuciones de coches y de explosiones que solo desearás que sea verdad.


¿Por qué reescribir la historia solo puede estar en manos de unos pocos? ¿Por qué no puede cualquiera reescribir la historia? Total, como decía Terry Pratchett, la historia sólo son reyes, fechas y batallas. El resto es interpretación de eso. Y nosotros hacemos NUESTRA interpretación, que es la buena. Y si queremos que esta ciudad la funde Ramses II, pues la funda Ramses II y punto.
Del prólogo que antecede al segundo prólogo del fantarruoso ejercicio de antirigor histórico que es La verdadera historia de Igualada. Una reescritura, reinterpretación, reinvención y redefinición de la historia de la ciudad desde una perspectiva chovinista, interesada y exagerada.

Y como extra algunas frases publicitarias:
El libro de historia que hubiera emocionado a Stieg Larsson y que seguro que no habría podido dejar.
Escrito por los Ana Franks igualadinos.
Un libro de historia que se lee como una novela que se lee como un libro de historia.
Si Al Pacino fuera un libro de historia, La verdadera historia de Igualada sería Robert de Niro.
Con prólogo de Rodrigo Fresán.


Highlanders en patines, Claudia del Moral, ed. Terciopelo, 2010

Después de un silencio de una semana, llega a las librerías de los países que de verdad importan el primer capítulo de la nueva saga de seis trilogías de Claudia del Moral, Highlanders sobre ruedas.

Clara es nueva en la ciudad y no es feliz. Ha tenido que dejar un fantástico apartamento, un buen trabajo, un novio atento y un guardarropa de escándalo sólo porque sin querer presenció un horrendo crimen y ella es la única testigo que puede reconocer al temible Asesino de la Amigdala. El FBI decide darle una nueva identidad y ahora es la nueva redactora de la revista de jardineria para fracasados Capullín capullón en el perdido pueblo de Detritus City; un rincón del mundo sucio y polvoriento donde el máximo acontecimiento es la carrera anual de solteros en patines. Pero Clara no está a salvo porque el Asesino de la Amigdala sabe donde se esconde y va a por ella... Y justo la noche en que parece que la muerte será la nueva compañara de cama de Clara, conoce a David, un misterioso highlander que montado en unos patines y con la falda al viento, la salva en el último segundo. Quizá ahora su vida está a salvo, pero no su corazón.

Caliente. Nunca las ruedas de unos patines echaron tantas chispas y humo como éstas que describe la pluma ávida y húmeda de la Claudia del Moral más cachonda. Pasión, velocidad, riesgo, hambre, deseo, carne, peligro, miradas, gestos, erecciones mal disimuladas, faldas a cuadros, peleas con espadas a lomos de unos patines mágicos, sectas secretas de higlandes motorizados, amígdalas gimientes y mucho, mucho más en sus trescientas páginas. Claudia del Moral es la mejor y Highlanders en patines es otra buena prueba de ello.

David la tenía entre sus fuertes, musculosos, macizos y varoniles brazos mientras patinaba con furia casi sexual por las calles de Detritus. Clara sentía la pulsión de sus corazones al unísono, el viento agitanto su cabellera, levantando sus respectivas faldas que se contorneaban y se enlazaban entre ellas como hace un momento se enlazaban sus lenguas y en unos minutos lo harían sus cuerpos. Los patines de David escupían chispas sobre el asfalto aunque Clara no estaba segura si esas chispas no sería su amor y deseo por este imponente highlander en patines.

martes, 16 de noviembre de 2010

Una preciosa anécdota de mi llegada a este mundo en el día de mi cumpleaños (según me contaba mi abuela)

Hace 33 años en un frío, húmedo y sucio paritorio de una ignota ciudad centroeuropea del hermoso país de Ruritaria (¿o era Silvadia?), unos gritos estuvieron rasgando los velos de las calles y sus plazas durante tres noches seguidas. Y unas voces con un marcado acento que recordaba a los malos de las películas de los cincuenta acompañaban esos gritos con consejos inútiles y ligeramente paternalistas.

- Apriete, apriete...
- Vamos, seguro que puedes hacerlo.
- Apriete, como si tuviera uno de esos peos complicados que se atraviesan en mitad del ojete...
- No puedo apretar más. Si aprieto más me sacaré a mí misma.
- ¿Qué hacemos doctor? El niño parece que no quiere salir...
- Trece meses, trece meses de infierno...
- ¿Qué le hace decir eso, enfermera?
- Llevamos tres días de parto, la madre ha dilatado medio centímetro, el niño se ha abierto de piernas y hace presión en las paredes de útero, me ha robado un bolígrafo y parece que ha escrito "El menda estuvo aquí".
- Tendremos que ser más drásticos.
- ¿Yo que hago?
- Apriete, mujer, apriete.
- ¿Qué significa "drásticos"?
- Bueno, ¿recuerdas por lo que me expulsaron de la facultad de medicina, del hospital donde hacia prácticas y por lo que he acabando en este miserable pueblo jugando a ser dios, experimentando con  animales y secuestrando a jubilados que están tomando el sol en la plaza y diciendo hay que ver, hay que ver?
- ¡Madredelamorhermosoquemesaquenalbichoestedeaquídentroqueelcabrónestámordiendo!
- Apriente y calle, que estamos hablando. ¿Quiere un cigarrillo?
- Gracias.
- Yo también... sí, sí, aprieto.
- Sí, doctor, lo recuerdo.
- Pues ha llegado el momento de volver a desafier a la naturaleza...
- No será capaz.
- ¿De qué están hablando?
- Calle y apriete. Enfermera, tráigame cavador sónico.
- ¡No!, el cavador sónico, no.
- Sí.
- Dioscomodueleelcabrón...
- Tráigalo... no podemos perder el tiempo.
- ¿Me dolerá doctor?
- Mucho, señora, tanto que preferiría que le estuvieran metiendo un hierro candente por las fosas nasales mientras una rata le muerte los dedos de los pies.
- Aquí lo tiene, doctor.
- Joder... ¿eso es el cavador sónico?
- Sí, señora.
- ¿Y eso me lo van a conectar dónde...?
- No lo conectamos... lo metemos.
- ¿Qué? No... no... no... AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA...
- Más adentro, más adentro.
- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
- Un poquto más... ponga la gasolina... encienda la mecha... conecte los dispositivos tróficos moleculares... sí, sí, la obra de mi vida...
- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
- Sí, vive, vive, vive...
- Está saliendo.
- Un poco más.
- La cuerda ya la he atado a la mano del niño... no vea la de cosas que tiene allí dentro...
- Bien, ate el otro extremo en el pomo de la puerta...
- Hecho.
- Y cuando yo se lo diga... cierre la puerta con todas sus fuerzas... Uno, dos... y TRES.
PAM
- Ya lo tenemos aquí.
- Sí, deconecte las máquinas y extraiga las cuchillas.
- ¿Está  bien?
- A ver este pequeño bastardo que tanto trabajo nos ha dado...
- ¡Oh dios mío, doctor? Es...
- ... un engendro.
- Voy a vomitar.
- ¿Qué he hecho? ¿qué he creado?
- ¿Y el niño? ¿Cómo está el niño?
- Doctor, no se le podemos enseñar... le diremos que ha nacido muer... bueno, ya sabe... será menos cruel.
- Envuelva un zapato en una manta y déselo... siempre será mejor que... que... esto.
- ¿Y qué hacemos con el niño?
- No lo sé... no lo sé... no lo sé...
- Esto le pasa por jugar a ser dios.
- ¿Por qué el niño huele tanto a cuero?

***

Tres días después un joven matrimonio proveniente de Santa Margarida de Montbui, una población cercana a Igualada, se había equivocado en un cruce y en vez de ir a Vilanova i la Geltrú se encontró con los Cárpatos delante.
- Te dije que tendríamos que haber preguntado.
- No me he perdido, niña.
- Anda que no.
- ¿Me vas a decir a mí si me he perdido o no?
- Pst.
- Joer, nene, que susto me ha dado el tipo y la vieja bruja que han salido de un salto del contenedor de basura.
- ¿Les interesa comprar esto? Se lo vendo por tres barras de pan.
- ¡Dios, qué asco! ¿Qué es?
- Es un perrito, nene.
- ¿Qué marca?
- No importa, es repugnantemente feo.
- ¿Les interesa o no?
- Sí, claro, nos lo quedamos. No hemos ido a la playa, pero al menos sacaremos un perro. Sus barras de pan.
- Adiós.
- Adiós. Perrito bonito, perrito bonito... ¡Desgraciado, me ha mordido!
- ¿Qué hemos hecho, doctor?
- Hemos liberado a la bestia y ahora es problema de otros.
- Ah, si es problema de otros, estoy más tranquila.
- Vamos, el zapato debe tener hambre.

***

Esa pareja que compró un perro raro, pero a su manera violenta y sangrienta, cariñoso al cabo de unos años fue al veterinario y allí le dijeron que lo que habían comprado en un vertedero cerca de los Cárpatos no era un perro, sino un niño de tres años. Como ya lo tenían medio criado decidieron ponerle de nombre Jorge y acabarlo de criar.

En un pueblo perdido de centroeuropa un doctor maléfico y mentalmente inestable reza porque un día esa criatura creada por la mezcla en una probeta de ADN de chimpancé, de humano, de mofeta y de mueble de IKEA no sufra una sobreexposición a cine catastrofista y literatura erótica que provoqué una reacción en cadena que lleve al mundo a su perdición en el 2019.

En un pueblo aún más perdido de centroeuropa un zapato acaba de ser padre de una preciosa niña y de una encantadora sandalia.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Fotógrafos - John Gutmann

 John Gutmann (Breslau, 1905 - San Francisco, 1998)
"Para mí no era ni es importante probar que soy un artista. Soy un fotógrafo y eso me basta; además, ya sabía, por mi formación pictórica, que podía hacer arte en pintura"







sábado, 13 de noviembre de 2010

El origen del mundo

 El origen del mundo.
Modelo: Johanna Heffernan (se supone)
Autor: Gustave Courbet, 1866
Museo d'Orsay, París

Sin título (creo)
Modelo: Sasha Grey
Autor: Terry Richardson, 2007 (me parece)
Revista Penthouse

viernes, 12 de noviembre de 2010

Sobre influencias (creo que por segunda vez)

Nota: tengo la impresión de que en alguna parte de este blog ya hablo de esto. Espero no repetirme y si me repito que lo haga utilizando otras palabras.

Hace unos días por medio de una nota de facebook me invitaban a nombrar a quince escritores, poetas incluídos (no acabé de entender la distinción), que te hayan influenciado, cuyas historias siempre te acompañen. La idea era que apuntará quince nombres y avisará a la persona que me avisó y a las infinitias grandes corporaciones que nos vigilan con sus estudios de marketing a punto de esas influencias.No suelo responder a este tipo de iniciativas porque siempre las veo cuando tengo en mente otra cosa (o porque no me interesan), pero ésta me hizo gracia. Así que sin pensarlo mucho puse mis quince escritores:

Jane Austen / Leopoldo Alas "Clarín" / Marqués de Sade / Dashiell Hammet / John Irving / Julio Verne / Robert Louis Stevenson / Stephen King / Laurence Sterne / Miguel de Cervantes / Pere Calders / Chejov / Billy Wilder /Ibañez / Karen Eiffel


No todos estos escritores son ahora mismo mis favoritos. Hay alguno que sigue siendo muy imprescindible. De otros hace años que no leo nad. Menos dos, el resto comparten  la característica de que los leí antes de cumplir los dieciocho años. Para mí eso es importante. Soy de los que creen que las lecturas e impresiones que recibes en la infancia y la juventud son las que realmente acompañan el resto de la vida. Pero, claro, esta lista es insuficiente poque no refleja la complejidad de las influencias que puede llegar uno a recibir. Todas las listas lo son. La influenciass no solo se nutren de literatura.

Para la construcción de mi forma de entender tanto el mundo como la literatura, pesa más una canción de The Delgados, la intro de la película Más extraño que la ficción, un gag de los Monthy Python (o uno de Blake Edwards o de Ben Stiller), Tex Avery, los grabados de Gustave Doré que la obra completa de Borges. Hay queda eso. Pero tambríen habría que añadir las películas de Mariano Ozores, las de chinos, Alejandro Sanz (mi hermana ponía sus discos como unas siete veces al día y eso, aseguro que marca... ¿alguien ha visto El mensajero del miedo?, la novela romántica que leía pensando que eran historias de fantasmas gracias a títulos que provocaban la confusión, etc.

Y es que lo malo también influye y marca. Me explico. Hace muchos años, cuando Jorge aun no sabía que existían dos sexos y no había descubierto la mentira de la gravedad, su madre compró una revista Lecturas (o se la dejaron o la mangó, no me acuerdo). En aquellos años en la revista venía siempre un breve cuento acompañado de una ilustración (desconozco si todavía lo hacen). Sin saber qué leer, Jorge se leyó ese cuento y se encontró con algo que le cambió la vida para siempre y que le hizo consciente de la literatura y de qué quería escribir él. Por primera vez, Jorge se dio cuenta de lo que no quería escribir.

Era el cuento de un asesino que mataba a persona maleducadas. Sí. Un chico que iba paseando y se sentía mal y miserable viendo lo borde que era el mundo con su prójimo. Y un día decide dar una lección de etiqueta a esos desconocidos. A un conductor de autobús que no daba cambio a una abuela, o a otro que no ayudaba a una chica lleva unas bolsas, y cosas así. El tipo empieza su carrera de psicópata con modales y empieza a matar a esas personas dejando en el lugar una rosa. No le importan si el conductor de autobús tenía un mal día porque le habían dicho que tenía una enfermedad o porque acababa de recibir una carta donde se le informaba que el banco se quedaría con su casa, su patrimonio y su primogénito. La vida de los bordes no le interesa porque esto no puede seguir así. No recuerdo todo el desarrollo del cuento y cómo relacionan los asesinatos con la educación, pero la gente empiza a ser más amable para evitar una horrosa muerte. No recuerdo el final (el vertedero que tengo por mente tiene sus límites), pero tengo impresión de que acababa  con una reflexión del tipo que lo que necesita esta sociedad es más asesinos amables de estos.

Disculpe caballero, pero le voy a abrir la rabadilla.
Tendría que haber dado los buenos días en la panadería

Creo que fue con este cuento la primera vez que pensé, joder vaya mierda. Y la primera vez que pensé, no quiero escribir algo como esto. Y la primera vez que pensé, yo puedo hacerlo mejor. Una de las influencias más importantes que he tenido y una historia que siempre he tenido en mente. En momento de duda recuerdo a un tipo disparando a un hombretón porque vio como a una señora se le había caído el pañuelo y no se lo había recogido, y pienso cómo no hacerlo yo.

Lo malo como revulsivo para hacer de mi forma de escribir algo mejor.

P.S. Si alguien conoce el título o el autor de ese cuento, por favor que me lo comunique sin falta. Me gustaría saber a quien agradacer tanto bien en lo mal.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Sobre adolescencia

Últimamente he leído bastantes novelas para adultos que tratan el tema de la adolescencia y he encontrado unas variables que en ellas se repiten sin importar ni el país de origen, la lengua, el sexo o la dimensión. A saber:

- Ni un apice de sentido del humor.
- Mucho drama.
- Mucho paraíso perdido.
- Mucho final con explosión de violencia (violación, accidente, asesinato, muerte, suicidio, etc.)
- Sexo traumático.
- Mucha mirada turbia y paseo solitario.
- Mucha reflexión y...
- Un exceso de influencia de Salinger, Hinton, Kerouac y Welsh (entre otros).

La calidad de las novelas es variable (que se traduce en un algunas me han gustado mucho, otras menos) y el entretenimiento que me han proporcinado, también (con la curiosidad que alguna de las que más me han entretenido eran de las de calidad más bien así así justita vamos), pero todas me han llevado a un mismo punto.


Joder... ¿tan jodida es la adolescencia? ¿tan jodida fue la adolescencia de estos autores?

Porque si yo tuviera que escribir un libro sobre mi adolescencia... bueno... ni drama, ni trauma, ni putas, ni drogas... una novela sobre mi adolescencia sería la historia de un chico con gafas que ni es guapo ni feo ni gordo ni delgado que va al instituto y se queja de levantarse temprano y se viste y queda con los amigos en una plaza y se van juntos al instituto y allí estudia o hace que estudio y odia las matemáticas y le gustan como cuatro o cinco compañeras de clase pero más una en concreto y vuelve a casa a comer y escribe una novela y lee mucho y queda con los amigos el fin de semana y le dice a su madre que sale con un amigo, pero en verdad se va al cine, y sale los fines de semana y se toma una copa y un par de veces se emborracha y piensa qué estudiar en la universidad, y se mata a pajas pero sin tristeza ni derrota, sino con la alegría de la masturbación adolescente de "me aburro, pues me la casco".

Porque otra de las características de esas novelas es que en muchas el protagonista se hace una pajilla y cuando acaba face una reflexión llena de tristeza y profundidad sobre el deseo contenido y la futilidad y el deseo no correspondido, sobre la culpabilidad, sobre lo efimero de todo mientras el esperma emprende una nueva aventura a lomos de un trozo de papel de water salvaje... joder... En mi adolescencia reconozco que me toqué más de una vez (y lo confieso ahora que el papa de Roma se ha vuelto a casa y así no me oye) y no recuerdo ni sensación de fracaso, ni luego me emborraché, ni sentirme mal. Lo que hacía era seguir estudiando o apagar la luz y dormir.

Vamos, resumiendo, que en mi adolescencia ni dramas ni nada. Ni me maté a una puta por accidente, ni robé una pistola, ni me emborraché y conduje una vespa robada en contradirección por la autopista desnudo y cubierto con miel, ni hice paseos por la playa reflexionando sobre el gigante de barro que era mi padre y enfadado con él porque ya no era un dios, sino solo un hombre (si acaso estaba enfadado porque no me daba más paga para el fin de semana y no podía comprarme el cómic de La patrulla X). Tampoco recuerdo a mi grupo de amigos machacados por la vida, destrozados, debiendo dinero a los malos, poniendo en peligro su vida, con grandes dramas existenciales o con mucho nihilismo. No éramos mucho de nihilismo, es verdad. Eramos más de chistes, golpes de codazo de mira, mira esa y andar mucho porque ninguno tenía coche.

¿Me perdí algo? ¿Quiere decir que no hice el paso a la madurez? ¿Qué esos escritores lo pasaron así de mal? ¿O que la adolescencia es jodida es verdad, pero no tanto y que el tanto éste no es más que un tópico más de la literatura? La mía fue tranquila. Además, en aquellos años sólo tenía un tema en la cabeza, así que no podía preocuparme nada más.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Algo está pasando...

... en un país donde se estrena una película con tres minutos menos de metraje que el visto en el resto del mundo. Donde un partido político pide la retirada del cartel de una película por considerarlo sexista y sin entender de qué va la ficción o la propia película. Donde en otra ciudad y hace más tiempo otro partido político pidió la retirada de otro cartel de otra película por ser demasiado... no sé... ¿explícito? (O fue porqué mejor seguir ignorando que las mujeres hacen esas cosas... o mejor pensar en los niños). Donde se prohibe de forma cautelar la proyección de una película en un festival de cine de terror (ver un estupendo seguimiento del caso, aquí). Donde se han retenido portadas de revistas satíricas porque molestaban a un Alguien. Donde las diferentes cadenas de televisión se están gastando una buena pasta en series de ficción sobre jefes del estado reales y Reales ejerciendo un lavado de memoría histórica y un barrido de grises dejándolo en las lágrimas y la suerte que tenemos.

Según parece los padres de la moral, los que se preocupan por nosotros, los que quieren pensar por nosotros porque somos inocentes y niños y los necesitamos no se habían ido como nos habían hecho creer. Esas personas cargadas de buenas intenciones, que nos quieren, se preocupan, nos adoran, nos anulan, y no desean que nos preocupemos. Los que saben qué nos conviene, que nosotros no, desagradecidos. 

Han vuelto y esta vez se muestran tanto a derecha como a centro como a izquierda.

Y, personalmente, me da miedo.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Lecturas

Precioso robado que me trajo Cesc de su último viaje a Nueva York.
Ya sabes, a robar lecturas.

martes, 2 de noviembre de 2010

La grandeza de la adaptación y el remake

Cosecha roja, Dashiell Hammet, 1929



"La primera persona a quien oí llamar Poisonville a la ciudad de Personville fue un zafranero pelirrojo, en el Gran Barco de Butte. Pero también cambiaba en diptongos otras erres. Y no presté atención a lo que hiciera con el nombre de la ciudad. Más tarde escuché a otros hombres capaces de habérselas con las erres pronunciar el nombre de igual manera. Aún así, no vi en ello sino un ejemplo más de ese inane donaire que suele inspirar los retruécanos de la germanía. Pero unos años más tarde fui a Personville y entonces comprendí mejor el porqué."


Yojimbo, Akira Kurosawa, 1961

 

Por un puñado de dólares, Sergio Leone, 1964





Y pensar que todo esto empezó con un señor llamado Carlo Goldoni que en 1745 ideó una comedia basada en un pícaro llamado Arlequino que servía a dos amos. 


Claro que los personaje y el argumento de esta comedia se basaban a su vez en los personajes de la commedia de ll'arte que asu vez se basaban en antiguas comedias latinas que a su vez...

Y así hasta el origen de los tiempos.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Erotismo y fetiche

Era bien pequeño cuando vi por primera vez Desde Rusia con amor (From Rusia with love, Terence Young, 1963). Creo que la alquiló mi padre en una de sus razias indiscriminadas de videoclub a las que se dedicó durante un tiempo y a las que agradezco gran parte de la basura cinematográfica que alberga mi cerebro. La vi con deletie porque se trataba de un James Bond, motivo que con tan pocos años de edad era más que suficiente.



Si aun recuerdo tan vivamente aquel primer visionado es por lo extraño que me sentí cuando apareció por primera vez en pantalla Daniela Bianchi y por la turbación que me produjo esta imagen en concreto:


Supongo que ese preciso instante fue origen y principio de un pequeño fetichista.